Un dia gris II


Un día gris permite centrarse en una sola paleta monocromática.
¿No os ha ocurrido nunca que un día luminoso y multicolor os llega a confundir?
No sabéis con qué color quedaros.
Los conos y bastones de vuestras retinas van medio locos.
No digamos ya los receptores neuronales de vuestro cerebro.
Sin embargo, en un día gris sólo hay blanco y negro.
En una gradación infinita, eso sí.
Y si os fijáis bien, al contrario de lo que podría parecer,
los detalles se ven más claros, si no hay niebla claro.
Y esta repentina inclinación por lo gris
no es casual.
¿Quien no ha disfrutado de una buena jornada de lectura en un día gris?
¿Y un repaso a las películas favoritas, ya de paso en blanco y negro?
¿Y quien no ha aprovechado el mal tiempo para refugiarse bajo las sábanas?
Solo o acompañado.
Tampoco son pocos los artistas de todo tipo que se han visto estimulados por un día gris.
En mi caso particular, me desperté a las 06:30h y no he parado de escribir.
¡Vivan los días grises, que días cegadores y sudorosos ya vendrán en su momento!



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