Banderas y globalización II



Esta segunda parte pretende ser corta e incisiva, sin tapujos.
África ha sido una de las zonas globales menos afectadas por la propagación del Coronavirus, porque éste se propaga mejor a menos de 2 metros de distancia y en África, metros tienen muchísimos.
Por tanto las pateras que han seguido intentando cruzar el Mediterráneo hacia nuestras costas lo han estado haciendo por las mismas razones de siempre, refugiados de guerra y de hambruna.
Desafiando incluso al Coronavirus, del que nuestros países estaban abarrotados.
¿Y qué hemos hecho nosotros?
¿Relajar las fronteras?
¿Aumentar nuestras dotaciones marítimas para ayudarles a no zozobrar y llegar sanos y salvos a nuestras tierras?
No.
Lo único que se ha hecho es reforzar los protocolos sanitarios de acogida, no fuera a ser que nos trajeran un Coronavirus africano desconocido...
Ayer me enteré de que los inmigrantes en espera de tarjeta de residente y los que esperan homologación de sus títulos universitarios, llevan muchos meses esperando ya.
Y me vuelvo a repetir, ¿Para qué le sirven las fronteras a los ciudadanos de a pie, a los necesitados, a los que sufren?
Para todos ellos la bandera del país en que intentan vivir no les sirve para arroparse en ella, es una auténtica enemiga.
Y, por Dios, si aún queda algún grupo anarquista revolucionario en activo, cárguense a todos los toros de Osborne de la Península y sus islas, uno de los últimos símbolos franquistas, machistas y patriarcales de nuestro ignorante país.

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