El cuento del cisne y el pato (cuento para niños, o no...)


Bien conocida es la historia del patito feo que deviene en un cisne precioso. 
Este cuento es una simple variación.
A la mamá cisne le llegó el día de poner sus preciados huevos.
Los huevos empezaron a resquebrajarse y fueron saliendo los polluelos uno a uno.
Era asombroso ver como primero asomaban todo su largo cuello y a continuación su cuerpo.
Pero del último huevo en romperse, el más pequeño surgió de un bote un polluelo diferente.
Éste no era blanco y sus patas y su cuello eran cortísimos.
De seguida sus hermanitos se burlaron de él.
El cuellicorto cisne fue corriendo a refugiarse bajo las alas de su madre.
Y ésta, tan orgullosa de él como de sus hermanos, le dijo, hijo mío
que tu cuello sea corto, tus patas pequeñas y tu color marrón no te hacen menos hijo mío.
Estuviste dentro de mi, y ahora soy y siempre seré tu madre.
Y si algún día alguien se atreve a reírse de ti o a despreciarte porque eres diferente, le puedes decir que él es bien diferente a ti y tú nunca te reirás de él.
Pero nunca más nadie se rió del patito-cisne porque la seguridad que le confirió su madre nada más nacer le acompañó toda la vida.

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