Poemas de un alma en hibernación
El árbol
Aquel día me regaste.
No esperaba tu líquido.
Tan sólo esperaba la humedad del rocío.
Y me recorriste con tus mojados dedos.
Mi tronco, recio, se estremeció a tu paso.
Un año sin agua.
Un año si vida.
Y tú me despertaste con caricias jugosas.
con besos cargados de dulzura,
con tus labios generosos,
aspiré tu aire lila y picante.
Mi esencia floreció desde los adentros.
Los primeros botones vivos de mis flores
aparecieron a saludar al viento y al sol.
¿Quién eras?
¿Capaz de resucitar un árbol viejo y seco?
Grietas
Te vi la primera vez desnuda.
Parecías poca cosa,
pero una vez subiste a tu barquito verde,
con tu botón blanco y tus puntas rosas,
se te veía diferente.
Mis ojos se humedecieron,
pero no quería asustarte
y esbocé una sonrisa
sólo para ti.¿Me creíste o supiste descubrir mi debilidad?
Algodón en tus labios
Encontré algodón en tus labios.
Lo quise lamer pero se fundió.
Lo mordí y me mordí.
Lo chupé tiernamente y lo saboree.
!Algodón dulce en tus labios!
Y yo tremendo goloso.
Si me dieras tu algodón cada mañana,
jamás te faltaría el azúcar y el viento.
Aquel bosque profundo
Tras un largo viaje por mar te visité.
Necesitaba tierra, penetrar tu follaje,
respirar tu aire impregnado de mil flores.
Ocultarme entre tus sombras,
siempre oscuras y transparentes a la vez.
Y gritar hacia todos los puntos cardinales,
como una veleta alocada,
que algún día mi amor te inundaría por completo.
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