Mi amigo

Lo tengo que escribir en algún sitio.
Tengo unos cuantos buenos amigos.
Pero al que más echo de menos, no lo veo, apenas hablo con él, casi nunca nos escribimos.
A mi me encantaría.
Pero por respeto a su silencio no lo hago.
Y de vez en cuando, por una casualidad, o por un regalo que me hace, me llama.
Le tengo muchísimo cariño, y sus palabras calan en mi alma, tenga o no razón.
Aunque tenga mi edad, es el hermano mayor que siempre me hubiese gustado tener.
Más serio y responsable que yo.
Podía hablar con él de cualquier tema, excepto de sus conquistas amorosas, me enseñó el respeto que hay que demostrar hacia ese tema.
Era de los mejores en clase y era todo un deportista.
Siempre recordaré la vez que me llevó a hacer bici de montaña por los Monegros. Por poco se me salen los hígados, pero fue tan excitante, bueno con la excepción de que nos perdimos de vuelta y debimos hacer el doble de camino.
Conservo con mucho cariño una foto de los dos en una barbacoa que hicimos. Mala calidad. Pero los dos sonriendo de oreja a oreja.
Luego la vida nos separó, trabajo, parejas, familia.
Y al final de todo ello, siento a mi mejor amigo como si fuera un extraño, y me duele.