Vientos Salvajes

 

Nada nuevo bajo el horizonte.

Por fin me pongo con la entrada que abrí hace 4 días.

Esta canción, este vídeo de apenas 3 minutos me inspiró la entrada porque describe en una canción potente y a la vez melódica la mierda de mundo en el que vivimos.

Mi diario de abordo está repleto de alusiones a este mundo de mierda, incluso entradas enteras dedicadas a ello en diferentes aspectos, porque intentar incluir en una entrada todas las terribles injusticias, las horribles atrocidades, las imperdonables desigualdades, que en pleno siglo XXI no hayamos erradicado el hambre tanto en los países subdesarrollados como en los desarrollados, que las guerras sigan siendo habituales en lugar de excepciones, que sigamos destruyendo el planeta a pesar de décadas de peticiones de piedad a gritos por parte de la naturaleza, la falta de libertades y derechos humanos en buena parte del planeta, la esclavitud, los abusos de los más débiles...la lista no tiene fin.

Y eso que se supone que el ser humano es el "Rey de la creación", el animal más evolucionado del planeta, el "Master" supremo por debajo del cual está todo, los seres vivos, los océanos, las montañas, toda la Tierra.

¿Y cómo es posible que un ser tan sumamente inteligente (presuntamente; si le pusiéramos 4 miembros a los delfines, por ejemplo, quizás nos superarían ampliamente en inteligencia global) sea capaz de tales desmanes?

La clave está en dos características del ser humano, que a lo largo de los milenios y los siglos han ido intercambiando su responsabilidad en la degradación del mundo a todos los niveles.

La primera es tan simple como la Ineptitud. 

¿Cuánto se ha destruído, cuantas guerras iniciadas, cuantas vidas truncadas, exterminadas, debido a pura ignorancia? Y en esa ignorancia se incluye no sólo la falta de conocimiento, sino también (como causa y consecuencia) la tendencia de los humanos a las creencias mágicas; todas las religiones, las ideologías irracionales e inhumanas.

Y como es mucho más sencillo creer que pensar, las grandes masas han sido por acción o como cómplices necesarios, actores durante siglos de la degradación humana, de la destrucción de sus congéneres y de paso del resto del planeta.

La segunda, aunque la Ineptitud sigue rodeandonos, conforme ésta ha ido disminuyendo gracias a la alfabetización, el avance científico y la reducción del control de las religiones sobre las sociedades (reducción, no desaparición), aquella, la segunda ha ido tomando importancia hasta ser la máxima razón de que a partir de cierto punto, en vez de evolucionar, hemos estado involucionando (si se considera la evolución como un proceso en el que se consigue una mejoría, en cualquier ámbito).

Y esta segunda característica no es más ni menos que la Codicia, o la Avaricia, como se quiera. 

¿Demasiado sencillo?

Cuando la codicia llega al Poder (nacional o supranacional), ya sea elegido por los ciudadanos, autoproclamado en forma de régimen dictatorial declarado, o no declarado, esto es, las grandes corporaciones poniendo un gobierno títere que les permite el poder real. Es curioso y dramático a la vez que el control que estas élites supranacionales hayan usado su propia codicia, inoculada, en base a todos los medios de comunicación (y cuanto más avanzados han sido éstos, más eficaz y eficientemente) en casi toda la población. Con mensajes casi subliminales para cada nivel de estatus socioeconómico. Por eso la ineptitud se queda en segundo lugar, porque la codicia afecta tanto a los más ricos como a los más pobres, a los más letrados como a los más iletrados. Con un pequeño matiz; los más pobres en muchos casos codician cosas de primera necesidad, estarían en todo su derecho.

El efecto de esa codicia en toda una sociedad no sólo hace más ricos y poderosos a los que instauraron tal sistema, si no, y mucho más triste disminuye el nivel de empatía en dirección inversa al nivel de codicia. Y, por cuestión de supervivencia ya sea física o emocional, el ser humano tiende a evitar el dolor. Ver personas que pasan hambre, torturadas, maltratadas, violadas, asesinadas, animales maltratados...debería causar dolor por asimilación, por empatía. 

Pero ese dolor, la mala conciencia que provoca, desaparece cuando te enfocas en tu propia vida y dejas de ver lo que no quieres ver, o peor, cuando se llega a normalizar.

Es el círculo perfecto; la gran masa que no tiene escasez de productos básicos está controlada por su propia codicia, cómplice por omisión del gran crimen, a la vez que nutren a sus dueños con un consumo innecesario. Esclavos, de alto nivel, pero esclavos al fin. Esta gran masa no se va a rebelar ante una injusticia global que no ven, y si ven, no les toca de cerca.

Los más pobres tienen ya suficiente con conseguir sobrevivir en un mundo de tiburones y sustentar a duras penas a sus familias. No se les puede pedir más.

¿Y dónde quedamos el pequeño resto al que aún no han inoculado el veneno de la codicia, la indiferencia, la conformidad, el deseo de riqueza y éxito, la amnesia selectiva, la hipocresía...?

La historia nos ha enseñado que en la gran mayoría de los casos, las revoluciones violentas o no, han sido siempre frenadas cuando no, eliminadas.

Cuando hay una buena parte de la población que apoya o tolera al gran poder, una revolución desde abajo está condenada al fracaso.

Como ejemplo, estuve en un acto que se podría decir revolucionario allá por el 2013. Una serie de grupos y asociaciones organizó a nivel nacional un Plebiscito Ciudadano (como un Referéndum, pero no vinculante, porque para ello tiene que ser invocado por el Rey, a través del Gobierno). Al margen de los problemas que nos causó la Policía Nacional en muchas mesas electorales (caseras y cutres, claro, y en las calles), y al hecho de que en la mayoría de medios de comunicación nos silenciaron, fue un rotundo fracaso. Se hacían 5 preguntas entre las que estaban, si les parecía justo el sistema electoral existente o si creían necesaria la Monarquía.

Como he dicho, el silencio informativo no fue tan importante ni decepcionante como la indiferencia y la falta de interés de la gran mayoría de personas que abordábamos intentando explicar temas sobre el presente y futuro de nuestro país.

Y sí la resistencia activa al sistema siempre queda como alternativa, pero no resuelve nada.

Y la última, quizás debería ser la primera alternativa, es la educación.

Pero en ello me asaltan dos dudas que devienen una.

¿No son esa mayoría conformista, los que han recibido una buena educación, o al menos una educación?

¿No será la clave de todo ello el hecho de que todo el sistema educativo esté en realidad controlado por aquellos que controlan el Mundo?

¿No forman parte en realidad todos los maestros, profesores y educadores, de la gran masa inoculada con codicia, conformismo e indiferencia?

Y ya que estamos ¿Cuántos intelectuales, escritores, cineastas, etc realmente critican el sistema? 

Y por favor, que nadie se irrite, no todo los educadores, intelectuales, periodistas, etc se callan la boca. Pero son demasiados pocos para movilizar una masa y por otra parte, sabiéndolo o no, forman una minoría que El Poder usa para dar la falsa sensación de la existencia de libertad y la posibilidad de elección en la vida.

La minoría disidente, siembre bajo control.

Un truco muy bueno, aún siendo ya muy antiguo.

Finalmente, me gustaría recordar que antiguamente a los que pensaban diferente se les quemaba en la hoguera.

Hoy en día hay formas menos violentas, como silenciar a alguien en los medios, o al contrario, difamarlo (y esto incluye paradójicamente a la propia masa).

La palabra de moda para ello es la de Conspiranoico.

También puede incluso ser detenido por traspasar ciertas leyes que protegen de la critica a los poderosos (libertad de expresión y pensamiento, tu tía) y finalmente si el individuo no se puede controlar, puede simplemente desaparecer por arte de magia, como si no hubiera existido. No sería el primero ni el último.

Por último, para el que haya llegado hasta aquí, y se pregunte razonablemente: ¿De dónde ha sacado este individuo este cuento para no dormir? ¿Dónde están los datos, los facts-checks, los números y los nombres?

En algunas entradas lo he hecho; ésta es demasiado complicada y si sólo dara algunos ejemplos, no la acabaría nunca.

Si he conseguido que alguien se quede con una duda razonable, seguro que llegados a este punto, no le importará darse un paseo por la Wikipedia o incluso páginas más fiables y específicas donde contrastar información y quien sabe hasta llegar a conclusiones similares a las mías, o no...

Me encantaría que alguien rebatiera razonadamente mis conclusiones, y me convenciera, viviría mucho más feliz,