“El genio de la multitud”, un poema de Charles Bukowski

 

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Todavía muy al principio en las Historias de Paco Lobo, mi nuevo blog, me dio por releer éste desde el principio, y aunque aún estoy a medias, la sensación ha sido la de tener detrás de la pantalla a una persona llena de ideas, unas mejores, otras peores y otras totalmente equivocadas, una persona sin un mínimo de vergüenza ni temor por desnudar sus mayores intimidades. Una persona que creía que sus argumentos se basaban en la razón, pero no se daba cuenta del todo que sus escritos estaban empapados de sus sentimientos, de sus emociones, de la parte más primitiva de su cerebro, el Sistema Límbico, el reptiliano, también empapados de sus propias experiencias personales, lo cual nos hace envisionar el mundo cada uno a su manera.

Pero bien visto, quizás aquellas ideas equivocadas fueran parte inherente a mi mundo en aquel momento y demuestra que el el ser humano evoluciona a lo largo de su vida, y yo gracias a Dios, también. Me aterraría pensar que no he evolucionado en más de 10 años. Además quién me asegura que lo que escriba ahora es más cierto que lo que escribí entonces. La verdad está sobrevalorada, tanto que en realidad no existe como tal. Cada uno tenemos nuestra verdad.

Todo este preámbulo me lo ha inspirado el maravilloso Bukowski, que vivió y escribió a su manera toda su vida, sin temor a críticas, sin dudar en si estaba en lo cierto, porque escribía más con su corazón que con su córtex.

Charles tuvo la fama que tuvo porque escribía de forma directa e incisiva y tocaba temas universales pero que pocos se atrevieron a tocar desde el fondo del alma. Y aún más. Bukowski fue el referente de toda una generación que compartía sus ideas pero no pudieron o no se atrevieron a expresarlas en sociedad por temor a ser tachados como al propio Bukowski, una persona extrema, alcohólica, depresiva, revolucionaria, antisocial y por tanto solitaria.

Va por él!!!!

Si queréis leer el artículo sobre el poema bién, sino, os pongo directamente el poema aquí, tras el cual haré unas disquisiciones filosóficas sobre él, algo que no se toca en el artículo, son más bien desvariaciones mías sobre la Filosofía.

El genio de la multitud
Hay suficiente traición, odio, violencia y necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son al final aquellos que predican paz.
Aquellos que hablan de Dios necesitan a Dios.
Aquellos que predican paz no tienen paz.
Aquellos que predican amor no tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con aquellos que están siempre leyendo libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no están nada solos.
Cuidado con el hombre corriente, con la mujer corriente,
cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir cualquier cosa que difiera de lo suyo.
Al no ser capaces de crear arte
no entenderán el arte.
Considerarán su fracaso como creadores
sólo como un fracaso del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.

Lo siento, pero no puedo calificarlo de otra manera que de brutal, no me sale ningún otro adjetivo que lo defina mejor.

Aún filtrado por su enorme pesimismo, estas letras rezuman sabiduría. ¿Y a quienes se les ha atribuido desde siempre, la sabiduría? Al margen de los primigenios brujos, contadores de cuentos, hechiceros, encantadores, adivinos, clérigos, imanes, etc. A los filósofos. Aunque un sencillo anciano no le cueste irles a la zaga.    Han habido múltiples escuelas filosóficas y yo creo que ninguna ha estado más acertada que otra en sus conclusiones. Porque creo que lo que define a una filosofía, la filosofía, no son las respuestas, son la cuestiones que nos hacemos. Por ello casi todas esas escuelas filosóficas y los grandes filósofos comparten algo en común, se preguntan sobre las cuestiones fundamentales, las cuestionan, y eso es el principio de la filosofía y por ende de la inteligencia humana, ser capaces de preguntarse no ya sólo de las cuestiones fundamentales, sino el origen de las cosas que pasan a nuestro alrededor. El estar en lo cierto o equivocado es lo de menos, porque como ya decía antes la verdad es siempre subjetiva, desde el propio individuo.

La Filosofía está ahí para cuestionarnos, para hacernos pensar, esto es, para ser más humanos.

Charles Bukowski es obvio que debe haber sido una de las personas que más se hayan preguntado por la realidad que le circundaba, que me gusten más o menos me da igual, para mí no sólo fue un escritor sino también un filósofo.

Al igual que cada uno de nosotros somos filósofos en potencia, en el momento que nos decidimos a hacernos preguntas sobre nuestra realidad, sobretodo sobre esa realidad que todo el mundo a nuestro alrededor cree sin ninguna duda como real.