The funeral


Si alguien leyó la entrada anterior, ésta es la inmediata continuación. La transformación en realidad de todos los sentimientos vertidos.
Ante una primera parte donde me rindo ante la enésima humillación (autoinfligida) por una persona que no me ama, intento maquillarlo un poco con mi desprecio por el resto del mundo, mi ausencia de necesidad de compañía humana y como único objetivo, dejar de fumar y cuidar, proteger y guiar a mi hijo.
Pero aquí interviene esta maravillosa canción de Band of Horses.
Aparente con unas letras sin ningún sentido, es exactamente eso y su especial melodía la que te deja interpretar la canción de la manera que más se acerque a ti, a tu vida, a tu situación actual, a tus sentimientos.

Anoche envié un mensaje de voz a la persona que amo intentando disculparme por haberme equivocado por contactarla, por quedar con ella, por expresarle mis sentimientos y finalmente por aceptar una amistad, que ya sabía imposible pero durante siete días sin verla sin poder parar de pensar en ella con amargura,he confirmado. 
No sé cuando podrá o querrá entender que es casi imposible ser el buen amigo confidente de la persona que amas, a menos que no le importe lo más mínimo saber lo que sufre su buen amigo al no poder besarla y abrazarla cuando se ven y al soñar sueños imposibles cuando no.
Bloquee todos los canales por los cuales me puede contactar.
Por un momento me sentí fuerte, porque acababa de hacer algo que no había logrado hacer con ella misma muchas veces.
Me puse musiquita para dormir pero aún así me costó.

Esta mañana, como era de esperar me he levantado extraño. Ducha antes de nada.
Y no, no es la primera vez que arranco a llorar en la ducha, es como que no me puede oír nadie.
Ya hace muchísimo tiempo que aclaré que llorar no tiene lo más mínimo que ver con debilidad o fragilidad. Se puede llorar por mil razones; alegría, amor, sorpresa, frustración, desesperación...
Esta vez, sabía perfectamente por qué lloraba.
Mi propia interpretación de The funeral.
Nada es lo que parece.
La gente no te conoce tan bien como creen, ni siquiera tú mismo.
Tu vida puede ser en realidad un billón de funerales.
Te puedes creer muy fuerte, pero cuando te sueltas del árbol jamás volverás a crecer.
Y yo he talado el árbol, he tenido que imaginar que estar muerto, para liberarme al fin.
Y me quedo dudando qué es peor, quedarse atado pero nutrido aunque seas la hoja más horrible del árbol o talar un árbol al que nunca podrás volver, vagando con la dirección caprichosa del viento.

 

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