Blanco y negro no están tan lejos. Otra visión de la Psicosis.

Hacía meses que no escribía en mi blog personal.
Es muy diferente a publicar en FB o incluso en un blog o web no personal.
En mi caso, me siento más en casa aquí, más en privado, en parte porque sé que no me va a leer casi nadie, en todo caso algún amigo perdido y aburrido.
Cuando vuelves a tu casa tras largo tiempo, traes acumulado en tu mochila muchos pensamientos por perfilar, emociones por manejar, sentimientos ambivalentes.
Todo ello hace dificil centrarse en un sólo tema.
Es más, lo hace casi imposible.
En la vida, a veces es mejor aceptar ciertos momentos tal como vienen, es más, creo que se deben aprovechar.
Por ello me he planteado escribir una entrada ambivalente donde el blanco y el negro se entremezclan, donde la tristeza y la alegría se suceden vertiginosamente.
Preguntad a un bipolar, probablemente esgrimirá una amplia sonrisa, pues su cerebro juguetea con la ambivalencia cosntantemente. Preguntadme a mi.
En la actualidad el Trastorno Bipolar (TBP) es más conocido que antes, pero antes, no hace demasiados años, era considerado junto con la Esquizofrenia, equivalente a la locura.
Si bien ambos trastornos son efectivamente un tipo de Psicosis, son por tanto un tipo de locura.
Y lo digo tranquilamente, no me gustan los tabues, y la palabra locura es uno de ellos.
La psicosis en general se define como una ruptura con la realidad que rodea al individuo.
En ese sentido tanto la esquizofrenia como el TBP serían locuras transitorias, de ahí el uso de términos como brote esquizofrénico o crisis maníaca (TBP) porque son temporales y en ese sentido se deberían diferenciar de la clásica locura de individuos que perdían el contacto con la realidad de manera permanente.
Y os preguntaréis ¿Qué interés puede tener una clase superficial sobre psiquiatría para todos vosotros, presuntamente sanos?
Pues ahí está la clave de esta entrada.
Quiero demostrar que esa ruptura temporal con la realidad que experimenta un esquizofrénico o un bipolar en el momento de una crisis o brote, lo experimentan casi todos los seres humanos en algún punto de su existencia.
¿Chocante?
No tanto, cuando desarrolle la idea.
Para empezar, quizás os interese saber que los que aún seguis leyendo esta entrada, probablemente estéis mentalmente más sanos que los que han abandonado la lectura.
Precisamente, el principal problema de todos los trastornos psiquiatricos que afectan a la percepción de la realidad, es la gran dificultad o resistencia a tomar conciencia de dichos trastornos.
Es por ello por lo que para algunas personas es completamente tabú cualquier tema relacionado con la psiquiatría, su subconsciente sabe perfectamente que algo funciona mal y el "yo" consciente lo bloquea, como mecanismo de protección. Mecanismo erróneo, como tantos otros mecanismos de defensa humanos.
Un ejemplo físico que veo a diario en urgencias. Muchos habréis tenido una cervicalgia, una tortícolis.
De hecho, cuando la columna vertebral detecta un dolor de espalda a cualquier nivel, su primera reacción es la de protegerse por medio de una contractura muscular. Prevendría así males mayores en el caso de que hubiese una fractura en alguna de las vértebras, limitando la movilidad de toda la zona.
El problema es que la contractura a veces puede ser mucho más dolorosa que la misma lesión inicial.
Es por ello por lo que habitualmente prescribimos un relajante muscular como el diazepam para reducir la contractura, pero tambien un analgésico potente para reducir el dolor y así indirectamente reducir dicha contractura (la columna vertebral se relaja).
Más secillo aún. La fiebre es un mecanismo de alarma del organismo para avisarnos de que hay una infección en curso. El problema, sobre todo en niños pequeños, es cuando esta fiebre es muy alta y combinada con una susceptibilidad individual de algunos niños, puede llegar a producir una convulsión, a veces grave.
En resumen, nuestro cerebro, a veces nos protege como una madre obsesiva, que hará cualquier cosa para que su niño no enferme. Y sabemos perfectamente que la sobreprotección nunca es buena.
Y tras esta larga advertencia a navegantes presuntamente sanos, empieza lo bueno.
Tengo la teoría de que la única diferencia real entre una Esquizofrenia o un TBP y casos de "locura transitoria" que pueden experimentar casi todas las personas presuntamente sanas, es la intensidad y la duración.
Llegados a este punto, muchos de vosotros ya habréis visionado o recordado alguno de esos momentos en vuestra vida.
¿Quien no ha perdido el control de sus emociones alguna vez, hasta el punto de perder la visión racional de la realidad?
¿Cuantos os habéis encontrado en un momento dado, aturdidos aún por la sacudida, asombrado e incluso asustados de lo que acabáis de hacer, algo que nunca pensabais que serías capaces de hacer, contrario totalmente a vuestras ideologías, creencias o filosofía de vida?
¿Y qué me decís de las creencias semi-mágicas, que no se basan en ninguna idea racional, como el mal de ojo, las posesiones, la misma existencia de un dios todopoderoso?
¿Y todos los crímenes contra la humanidad que se han perpetrado en base a creencias tan poco racionales como la superioridad de una raza sobre otra, la diferentes creencias religiosas o políticas, o simplemente por el simple menosprecio a la vida?
Algunos de estos casos afectando a grupos enteros de individuos, han sido catalogados por parte de algunos psiquiatras de psicosis colectiva.
Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
En ese sentido creo que los únicos realmente sanos son los animales, cualquier especie animal es más sana mental y socialmente que la especie humana.
No me quiero extender mucho más.
Solamente dejar, para los que puedan sentir pena por los que abiertamente expresamos nuestros trastornos, a veces simplemente nuestras debilidades, un pensamiento para la almohada.
Frecuentemente nuestras debilidades pueden convertirse en nuestros mejores aliados.
De hecho, hoy en día, con los avances en psiquiatría y neurología, un esquizofrénico o un bipolar, bien tratados médicamente pero sobretodo con una buena terapia psicológica, no sólo pueden llevar una vida totalmente normal, sino que pueden incluso aprovechar algunas de las características de su enfermedad en su favor.
Nosotros tenemos la mayor parte del tiempo una hiperactividad cerebral que bien aprovechada nos puede permitir acometer multitud de tareas diferentes, sin un desgaste o estrés excesivos.
Probablemente el resto de personas, los que no tienen estos trastornos, simplemente tienen un sistema de control de la actividad cerebral más desarrollado, por lo que evitan experimentar estos cuadros de forma regular, lo cual, por una parte no es siempre así (recordemos los casos expuestos más arriba sobre la "locura transitoria" de los supuestos "sanos) y por otra parte, ese super-control cerebral está efectivamente maniatando gran parte del potencial de dicho cerebro.
Finalmente recordar que grandes artistas y científicos, algunos catalogados de genios, sufrieron este trastorno, como Heminway, van Gogh y Virginia Woolf.
Eso no quiere decir que los bipolares seamos todos unos genios, sino que podemos ser personas con aptitudes tan buenas como los demás, y que donde los citados artistas murieron por desconocimiento o falta de tratamiento de su trastorno, nosotros ahora, ya no morimos.
Vivimos, vivimos la vida con mucha intensidad.


Comentarios

  1. Curioso cuando menos. Tu amiga aburrida en casa. Van

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  2. Estupendo escrito, amigo.
    ¿Donde se encuadran los personajes sicópatas. Sin pizca de empatía para le prójimo?.
    Un abrazo

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  3. Vaya, si al final no estaré tan solo por mi pecera.
    Gracias Rosebud, la curiosidad es necesaria para aprender, ya tu sabes.
    Mariana, gracias por la pregunta.
    La sicopatía y la psicosis son dos términos muy diferentes.
    En la psicosis hay una ruptura con la realidad, por tanto no se es verdaderamente consciente durante un brote.
    Los sicópatas clásicamente se han definido como individuos que tienen diversas desviaciones del comportamiento normal, y que en teoría sí son conscientes de lo que hacen y del daño que pueden producir. Esto es discutible, pero para que veas la gran diferencia.
    Por ejemplo, algunos de nuestros políticos en el Gobierno, algunos los consideramos sicópatas, porque ellos mismos reconocen que no hacen bien con sus políticas, que la gente puede sufrir con ellas, pero aun así eso no les impide llevarlas a cabo. Son plenamente conscientes del daño que pueden hacer.
    Un abrazo.

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  4. Hola! Marta al aparato :-) Los psicópatas carecen de empatía, por lo poco que he leído sobre el tema, como nuestros queridos políticos. Saben que te están jodiendo pero son incapaces de ponerse en tu lugar. Corrígeme si me equivoco. Mañana sigo leyendo tus escritos. Un beso!

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  5. Gracias, Marta, por tu aportación.
    Intencionadamente no abordé el tema de la Psicopatía en mi entrada por no tener relación directa con la que era mi idea principal, la de que todos en algún momento hemos tenido o tendremos algún brote de "locura transitoria" que en el caso de las personas "sanas" se distinguiría de las enfermas básicamente por una menor intensidad y duración del brote.
    Pero bueno, asumiendo como algo normal en un blog la desviación a temas colaterales que pueden llegar a ser más interesantes incluso que el tema inicial, intentaré hacer una síntesis lo más completa y sencilla posible de las diferencias y semejanzas entre el psicópata y el sociópata, teniendo en cuenta que el TAP, Trastorno Antisocial de la Personalidad, entra dentro del espectro de las dos anteriores pero se suele ponerse junto a la psicopatía en el grupo de Personalidades Antisociales.

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  6. Se ha investigado mucho sobre el tema por sus importantes implicaciones sociales y legales.
    Os sorprenderá saber que nuestros gobernantes, algunos banqueros y grandes empresarios entrarían más en la definición de psicópatas, mientras los sociópatas serían más bien los que conforman el nutrido grupo de seguidores de esta élite y que no tienen la necesaria preparación, educación ni meticulosidad de los primeros para llegar a los puestos clave en el poder.
    Para un psicópata, lo que encontramos es un individuo engañoso, manipulativo, narcisista, que carece de remordimiento y empatía. Por su parte (¡sorpresa!), se cree que el sociópata es capaz de sentimientos de culpa, de abrigar alguna forma de empatía y de desarrollar relaciones estables. pero "solamente dentro de ciertos parámetros".
    Por ejemplo, él/ella, profesarían lealtades a un grupo específico, pero no a toda la sociedad. Ya que a ellos no les importan las normas sociales, las que rompen, con indiferencia, si, así hacerlo, les sirven sus fines.
    Así que, si en la superficie, éstos aparentan ser insensibles como los psicópatas, asimismo todavía pueden sentir remordimientos por haber hecho daño a alguien dentro de su grupo, cuadrilla, o familia. Lo que los hace ser selectivos en la expresión de sus comportamientos negativos dentro de su clan a quienes juran fidelidad.

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  7. Ambos, los sociópatas y los psicópatas, manifiestan una falta de interés en los sentimientos y derechos de otros. Lo que, se cree que, generalmente, aparece desde la edad de 15 años, y lo que se acompaña por la crueldad hacia los animales. Esos rasgos, son distintivos y repetitivos, creando un patrón de mala conducta que excede lo aceptado, como simples travesuras de la adolescencia.
    Ambos, el psicópata y el sociópata, carecen de sentimientos de culpa o de remordimiento. Ambos proyectan una ausencia radical de conciencia moral y son totalmente egoístas. Ambos, con regularidad, ignoran las leyes, los códigos éticos y las reglas que a todos aplican, siendo indiferentes a poner en peligro --- las propias --- y las vidas de los demás.
    De las características más salientes, algunos todavía sostienen, que el sociópata tiende a ser menos organizado en sus comportamientos que el psicópata, resultando ser más ansioso y fácilmente agitado --- alguien quien es apto a vivir en la periferia social sin soporte económico sólido o persistente.
    Por la otra parte, algunos contienden que el psicópata se inclina a ser extremadamente bien dispuesto, discreto y manipulativo. Su personalidad manifiesta es, a menudo, carismática y encantadora, escondiendo la persona real que existe por detrás.
    Y, como Kohut nos ilustrara --- cuando hablara del narcisismo --- si es cierto que los psicópatas no tienen sentimientos por los demás, ellos pueden imitar los comportamientos que los hacen parecer sinceros.
    Muchos creen que, todos los factores siendo iguales, que uno tendería a confiar más en un psicópata que en un sociópata. Lo aconsejable sería permanecer alerta, y desconfiado, frente a ambos tipos de individuos.
    Debido a la putativa, mejor organización en la personalidad del psicópata, éste, puede haber adquirido una educación más avanzada que la que regularmente obtiene el sociópata promedio, quien, probablemente carece de los atributos de la atención necesarios para lograr éxitos escolares.
    Mientras que los psicópatas, pueden eludir y "volar bajo el radar" de la sociedad, aparentando mantener familias estables y trabajo productivo, el sociópata, a menudo, carece de los talentos necesarios para poder pretender comportamientos normales.
    Desde el punto de vista de la criminología, las faltas cometidas por el sociópata son típicamente desorganizadas y espontáneas, mientras que las del psicópata son bien planeadas, lo que las hace más difíciles de detectar que las de los sociópatas.

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  8. Y bien, una vez leído este intento de aproximación a la psicopatía y la sociopatía, ¿Podéis intentar identificar personalidades que conozcáis que se ajusten a uno de los dos trastornos?
    ¿Estáis de acuerdo o no en que el comportamiento de algunos de los políticos que nos gobiernan son auténticos psicópatas y que algunos de sus seguidores aférrimos, incluyendo a algunos integrantes de las FSE y de grupos de extrema derecha se ajustarían más al modelo del sociópata?

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  9. Te recomiendo fervientemente un librito, que no habla de estos individuos, pero sí de otro sector de la sociedad: los idiotas :-) (También sirve para entender ciertas cosas). Apunta. 'Allegro ma non troppo' de Carlo María Cipolla. Te paso el enlace en pdf de la segunda parte de este libro: 'las leyes fundamentales de la estupidez humana'. http://piensoparatodos.com/cosas/estupidez%20humana.pdf
    Se lee en un suspiro y, con cierta coña, cuenta cosas interesantes :-)

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  10. Caray menuda entrada.
    Muy interesante la disquisición teórica por las clasificaciones psiquiátricas. ¿No se había abandonado el DSM….. por qué número van ya?
    Prefiero la primera parte de tu entrada. La del hombre y no la del erudito. Supongo que lo habrás pasado mal. Aunque lo hayas superado, la vivencia de la enfermedad , aunque esta sea psicológica, siempre es desazonadora por no decir aterradora. Siempre es lo mismo. No reconoces quien eres, sin darte cuenta que eres ese transformado que sufre.
    La aceptación es importante, pero no soluciona nada. Solo ayuda a convivir con el cambio, porque ¿quién no desea estar “sano”? o mejor ¿quién no desea no sufrir?
    Yo no creo que el sufrimiento enaltezca. El sufrimiento es una putada que nos resta energía vital y nos coloca en una situación angustiosa.
    Lo que necesitamos son “muletas” para saber qué hacer cuando eso nos ocurre. Y aunque las muletas a veces se rompen, siempre puedes fabricar otras. Aceptar es una buena muleta, pero es mejor estar sano. Esto último es una falacia, así que sigue poniendo en marcha todos los recursos para reconocerte como eres, débil pero humano.
    Los otros no tendremos etiqueta para definir nuestras locuras, pero estoy de acuerdo contigo que en alguna medida hemos estado en pozos profundos. Nunca vuelves a ser el mismo y por alguna razón siempre vives el cambio como una pérdida de aquel que fuiste, sin darte cuenta que la vida es …un pozo negro con algún atisbo de luz.
    Me alegra que vuelvas a escribir aquí.

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  11. Gracias amiga Garra, a mi también me alegra que sigas estando ahí, agazapada.
    Es como volver a casa y encontrar que sigue estando todo ahí.
    Estoy de acuerdo contigo en casi todo.
    No obstante, la manera en que describes nuestras pequeñas locuras y las vinculas a un pozo negro, me parece un tanto negativa.
    Estoy convencido de que algunas de esas locuras, algunas de esas crisis, no te abocan a un pozo negro, sino que te pueden servir para evolucionar, para iniciar una nueva etapa en la vida.
    De hecho ya hay voces que dicen que esta crisis que estamos viviendo, esta gran estafa mundial, en realidad, le va a servir a muchos para replantearse sus vidas y, con un poco de suerte, y si sobreviven, encontrar el verdadero sentido de sus vidas, incluso encontrando potencialidades y capacidades que desconocían.
    Un abrazo fuerte.

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  12. Me alegra que te sientas cómodo con mis pequeñas contribuciones. Eso si, siempre agazapada, jajaja.
    Querido amigo ¿has estado alguna vez en un pozo negro? Yo, sinceramente no le veo nada positivo. Quizás lo único bueno es que cuando llegas al fondo ya no puedes hundirte más y lo único que puedes hacer es subir.
    Para evolucionar no se necesita sufrimiento. Eso es una reminiscencia de catolicismo alienante que trata de vincular el sufrimiento con la salvación de las inexistentes almas. Por lo tanto, no es más que un mecanismo de control social. Que se metan el sufrimiento donde les quepa y si eso significa no evolucionar, pues prefiero ser un pitecántropo o mejor un australopitecus feo y simple, pero feliz.
    Ahora bien, como es inevitable que algo de sufrimiento haya en nuestra existencia, pues que sirva para evolucionar en positivo. Pero ¿tú crees realmente que de esta crisis va a haber un cambio social? Permítame que me ría. Jamas se permitirá eso. Sueltan cuerda para tener la falaz sensación de que se consigue algo. Pero en el momento en el que eso provoque una gran incomodidad, volverán a apretar la cuerda sobre nuestros maltrechos cuellos. Esto es como una gran batalla en la que los generales sacrifican unos cuantos miles de soldados para conquistar su colina.
    Bueno y ahora un poco de optimismo para finalizar: quizás nuestros hijos lo hagan mejor.

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  13. Ufff negro, negro, negro.
    Bien Garra, te hago dos puntualizaciones.
    Primera, he sugerido que una crisis, cualquier crisis, puede ser un pinto de partida para evolucionar, para cambiar.
    De hecho el término crisis originariamente no tiene connotaciones negativas.
    Segunda, en ningún modo creo tampoco en el sufrimiento como motor de nuestros cambios. Para nada. Pienso exactamente igual que tu con respecto a su reminiscencia católica.
    En todo caso, por lo que cuentas, tu no estás viviendo una crisis, y si lo estás, lo estás enfocando erróneamente.
    Siempre, repito, siempre hay solución, excepto para la muerte.
    Siempre hay una alternativa, aunque ella conlleve elecciones difíciles o sacrificios.
    Y tercera (esta no la esperabas) yo no voy a esperar a que mis hijos lo hagan mejor. Me encantaría que ellos se encontraran un mundo mejor, que no tuvieran que luchar por algo tan básico como la dignidad humana y los derechos fundamentales de todo el mundo, sin excepción.
    Un beso.

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  14. Por cierto con respecto al concepto de "Crisis", os dejo una buena explicación basada en su etimológía.
    "Nuestra palabra “crisis” viene del griego, donde encontramos exactamente el mismo término (“κρίσις”): con el significado de “separación”, “distinción”, “elección”, “discernimiento”, “disputa”, “decisión”, “juicio”, “resolución”
    En principio, esta palabra no tiene un significado negativo. La crisis es el momento en que la rutina ha dejado de servirnos como guía y necesitamos optar por un camino y renunciar a otro. Naturalmente, esta decisión ha de hacerse de un modo prudente, teniendo en cuenta las consecuencias de cada alternativa. Por eso es necesario elegir con criterio, otra palabra griega que aparece en este contexto (“κριτήριον”, “criterion”) con el significado de “tribunal de justicia”. Como es obvio ningún tribunal debe dictaminar al buen tuntún y aquel capaz de juzgar con conocimiento y criterio, el que sabe tomar la decisión correcta, es el crítico (“κριτικός”, “capaz de juzgar”).
    Etimológicamente al menos, crisis es todo lo contrario a aceptar un destino inevitable. El tiempo de la crisis es el de la decisión, la inteligencia y la valentía. Ante una crisis social o política, la decisión sobre el camino a tomar depende de quien tenga el poder y la capacidad de convencer a los demás. En Islandia, por ejemplo, la opción ha sido juzgar a los banqueros, cambiar la constitución y empezar a valorar más el tiempo libre y las relaciones personales en lugar del consumo basado en el crédito. En España, por el contrario, la elección está siendo reforzar el poder de la banca, avanzar el autoritarismo y esclavizarnos más y más a la máquina económica reduciendo los salarios y aumentando la dependencia de la banca. Para imponer esta opción nos intentan convencer de que no hay alternativa (por tanto, de que no hay crisis, si nos atenemos al sentido original de la palabra), de que no vale la pena pensar ni intentar cambiar las cosas. Pero ambas cosas son necesarias en el momento actual, porque este es un tiempo de crisis."
    http://patiodefilosofos.wordpress.com/2013/03/07/etimologia-de-la-palabra-crisis/

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  15. Por supuesto que una crisis supone un cambio. Pero creo que olvidas que suele tener una connotación negativa cuando se sufre. Otra cosa es que la supuesta salida de una crisis dé como resultado algo positivo. Pero en sí misma supone inestabilidad y desestructuración, si no, no sería una crisis. En lo personal una crisis supone una cierta dosis de angustia por la incertidumbre. Así que no le veo, cuando se siente, nada positivo. Solo es inevitable. Aceptable, comprensible, real, pero una putada.
    Mi contribución no tenía que ver necesariamente con la crisis tal y como la definías, aunque sí con las situaciones de sufrimiento psicológico, sea este clasificable o no como una enfermedad.
    Estoy radicalmente en contra de la opinión de que todo tiene solución. Los años me han probado que eso es una idea infantil y sencillamente no es cierta. Hay cosas que no tiene solución.
    Otra cosa es que dado que no se encuentre solución, se busque un curso de acción alternativo y eso al final resulte positivo, aunque el resultado no tenga absolutamente nada que ver con el problema no solucionado. Supongo que si no actuáramos así, el sufrimiento sería tan excesivo que no podríamos sobrevivir.
    Tampoco pienso que la muerte no sea una solución. Antes pensaba como tú. Ahora no. La muerte, cuando es una opción, es una alternativa, extrema pero respetable. Supongo que no estarás de acuerdo con esta idea. No suele ser muy popular.
    Pueden haber infinidad de razones para no querer morirse. La vida es maravillosa, cuando lo es. Pero también puede haber miles, o una sola razón para morir. La muerte no es algo innatural, es algo consustancial con el ser humano. El problema no es morirse, sino el daño que se puede hacer con esta decisión que supone afectar a personas que pueden no entender, ni por supuesto compartir esa postura.
    No te asustes, no soy una suicida, ni mucho menos. Pero no me gusta la afirmación “todo tiene solución menos la muerte”.
    Por último, y sigo con el enfoque personal, no toda situación de incertidumbre debe suponer un cambio. A veces la aceptación es tan “terapéutica” como una revolución hacia delante.
    Quizás lo mejor, es simplemente oir a Supertramp en “Crisis, what crisis?”….Ufff cuantos años sin recordarlos…..esta es una buena ocasión para escucharlos.
    Un abrazo.

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  16. Querida Garra,
    vaya por delante que, al contrario de lo que supones, no me asusto con la idea de la muerte y pienso en ese sentido bastante similar a como tú lo haces.
    Nunca he tenido tendencias suicidas, a pesar de mi trastorno, pero sí he deseado más de una vez desaparecer de esta vida (o sea morir), ¿Por qué desaparecer?
    Pues porque era la única forma que imaginaba de no dañar, como tú comentas, a las personas que te quieren, por tanto desaparecer del presente y también del pasado, de manera que no hubieras existido nunca, por tanto que nadie te pudiera echar en falta.
    Por otro lado, dices no estar de acuerdo con mi afirmación de que "todo tiene solución menos la muerte" y te voy a convencer de tu error.
    Primero, confundes términos. Cuando hago esa afirmación, simplemente aludo a la pura realidad, una vez bien muerto (pues yo mismo por mi profesión he devuelto a la vida personas que estaban cínicamente muertas, desde bebés recién nacidos hasta a ancianos) superado ya el límite de posibilidad de resucitación médica, no hay marcha atras, por tanto, no tiene solución.
    Tu equivocación ha sido pensar que yo no contemplo la muerte como otra alternativa más a un problema. De hecho siempre he respetado y entendido esa alternativa y soy un convencido de la legalización de la eutanasia, por supuesto con un criterio y sentido común necesarios.
    Y ahora, al grano. No era mi intención obviar el sufrimiento que se padece durante una crisis importante, tanto a nivel personal como colectivo, pero sigo creyendo sin ninguna duda en que todo problema tiene solución. Todo.
    Sólo podría aceptar problemas médicos del tipo de un cáncer incurable, como excepción, y aun en ese caso, en el momento que aceptamos la inevitabilidad de la muerte, el problema no es el cáncer en si, sino la actitud con la que luchamos contra él. Hay muchos pacientes con cáncer que al ser dignosticados y tras un periodo de adaptación y asimilación, encuentran todo un mundo que les era desconocido cuando estaban sanos.
    Cuando alguien no ve solución para su problema, es básicamente porque no encuentra la solución que desearía, pero haberla, la hay.
    Ejemplo práctico; relación de pareja.
    Es un clásico pensar que la solución de un conflicto de pareja irreconciliable, debe pasar por el cambio por lo menos de uno de los dos componentes.
    Si es cierto que un un buen número de casos, haciendo concesiones por ambas partes se pueden llegar a acuerdos que mejoren muchísimo la situación conflictiva, tambien hay casos en que esas concesiones, esos cambios de actitud, de hábitos, esos acuerdos, no llegan a solucionar el problema de fondo.
    En estos últimos casos, aunque parezca que no hay solución, también la hay, y es obviamente la separación. Para dos personas que han pasado muchos años juntos y que quizás hasta tienen hijos en común, esta solución puede no parecer tal, porque no es la ideal, no nos va a gustar. Pero la realidad es que la es.
    De hecho esta solución, la separación, causa una angustia tremenda a la persona que se la plantea, suele anticipar un dolor tremendo e insalvable.
    Pero la realidad nos demuestra que las parejas que se separan como última solución, suelen tener una mejor relación tras separarse, incluso individualmente suele mejorar su calidad de vida.
    Siento el rollo, Garra, si persistes en argumentar que no hay solución para cada problema, te tendré que pedir que me envíes un correo personal y me cuentes cual exactamente es el tuyo, pues por muy convencido que esté de lo que digo, siempre me puedo equivocar.
    Un beso.

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  17. Sigo pensando que además de las enfermedades, hay infinidad de cosas que no tienen solución.
    Frente a eso solo cabe la frustración, la aceptación o la búsqueda de una alternativa. A veces esto último supone la modificación del problema en la búsqueda de una alternativa. Un autoengaño que ayuda a sobrevivir. Pero no es lo mismo alternativa que solución. Precisamente, las alternativas se buscan cuando no se encuentran soluciones.
    Quizás sea un problema de nomenclatura, aunque no lo creo.
    Quien está enfermo y descubre un nuevo sentido en su vida a partir de la enfermedad, fenómeno, probablemente así podrá convivir mejor con el dolor, pero no ha encontrado solución a su problema, solo ha aceptado su problema.
    Que una pareja decida separarse, lo hará porque no ha encontrado solución a su problema de convivencia y apuesta por un curso alternativo para sus vidas.
    Pero ni el enfermo solucionó su enfermedad, ni la pareja su desamor.
    ¿A partir de ahí serán felices? Si el problema dejo de importar probablemente si. No desapareció, simplemente se reinterpretó.
    Un abrazo.

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  18. Hello garra! Con diez años mas a mis espaldas, sólo se me ocurre decirte que en realidad la solución de un problema siempre surgirá de una opción alternativa, lo contrario será no hacer nada y tragar con el problema for ever and ever. Que la alternativa te lleva a una mala solución o a una situación incluso peor de la que sufrías, por lo menos no será el mismo problema, y tendrás la opción de tomar una alternativa, que con suerte acabe bien.

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